Una Historia de Esperanza de EL SALVADOR

Llamado a la familia, la comunidad y la participación

La doctrina social católica nos guía en nuestras vidas y trabajos. En este principio, Llamado a la familia, la comunidad y la participación , recordamos que el ser humano es ser social por naturaleza-nos necesitamos mutuamente. Nosotros, al igual que los primeros discípulos, estamos llamados a unirnos y crecer como comunidad, ya sea que esa comunidad esté en nuestra aula, lugar de trabajo o en la familia.

“Tomé la decisión de ser promotora porque quería tener nuevos conocimientos; el conocimiento nadie te lo puede quitar”. –Sandra Amaya

En casa de Sandra en Morazán, El Salvador, todos ayudan con las tareas. Cada mañana ella enciende la leña, hace café y barre el corral de las gallinas. Oscar, su hijo mayor, prepara el desayuno antes de caminar casi dos horas hasta su escuela preparatoria. Gamaliel, de nueve años, muele el maíz y, después de desayunar, se va a la escuela acompañado por su papá Santos y por su hermanito Caleb.  

Santos, el esposo de Sandra, es agricultor pero las largas sequías y las lluvias impredecibles han disminuido sus cosechas y sus ingresos. Buscando ganar un dinero extra, Sandra empezó a vender pan, tamales y empanadas. Cuando escuchó acerca de un proyecto de Catholic Relief Services sobre cómo criar gallinas, Sandra no dudó en participar. Ahí aprendió a preparar comida para las gallinas y que éstas comen mejor si están en un corral. También aprendió cómo vacunarlas y cuidarlas si se enferman.  

En cuanto Sandra recibió unas gallinas de parte del proyecto, empezó a aplicar sus conocimientos. Ahora su familia tiene acceso a sus propios huevos, lo que les ahorra dinero en comida, especialmente en estos días en que los precios están tan altos. Además, comen más saludable porque pueden comer una variedad de alimentos en lugar de solo frijoles o tortillas con sal.  

Sandra quiere seguir aprendiendo y Santos la apoya. “Tomé la decisión de ser promotora porque quería tener nuevos conocimientos; el conocimiento nadie te lo puede quitar”, dice Sandra. “Lo platiqué con mi esposo y estuvo de acuerdo”. Cuando Sandra viaja lejos a recibir capacitaciones, Santos se queda en casa para cuidar de sus hijos. Al regresar, a Sandra le gusta apoyar a otras familias y les enseña todo lo que aprendió.  

Nuestra fe católica nos enseña lo importante que es vivir en comunidad para nuestro crecimiento y realización. Creemos que todas las personas deben participar en la sociedad buscando el bienestar de todos, especialmente de nuestros hermanos más necesitados, así como lo hace Sandra.  

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