Jueves, 10 de marzo

NOVENA ESTACIÓN: Jesús cae por tercera vez

“Pero el padre dijo a sus servidores, ‘¡Rápido! Traigan el mejor vestido y pónganselo. Colóquenle un anillo en el dedo y traigan calzado para sus pies…’” (Lucas 15,22)

A veces se puede sentir como que hemos caído demasiadas veces. No es posible volver a levantarse. Dios debe haber terminado con nosotros—¿cómo podemos ser perdonados una vez más? Seguimos cayendo, seguimos fracasando, y estamos agobiados por la vergüenza y la culpa. Nadie nos puede amar lo suficiente como para que podamos seguir adelante.

Pero Dios no ha terminado con nosotros; ¡Dios nunca se cansa de perdonarnos, de mostrarnos misericordia! El fracaso no debe desanimarnos. Cuando se trata de la misericordia, como en la historia del hijo pródigo, sólo tenemos que pedir. Dios no quiere que nos sumamos en la culpabilidad—no, Dios nos dice que estamos perdonados y nos invita a levantarnos y hacer la obra de Dios. Como hijos e hijas de Dios, es nuestra responsabilidad aceptar ese perdón, aceptar esa nueva oportunidad, y después ocuparnos de la justicia, la misericordia y la paz; el asunto de construir el reino de Dios.

Tenemos mucho que aprender, tal vez, de la joven Mayra de Honduras. Seguramente, ella enfrentó frustraciones —ella “cayo”—en su trabajo escolar. Pero cuando se le dio la oportunidad de levantarse y comenzar de nuevo, ella la tomo. Ahora, como una estudiante exitosa, ella busca maneras de ayudar a sus compañeros a mejorar. ¿Qué podemos aprender de esta historia—sobre todo mientras nosotros, nosotros mismos, luchamos para levantarnos después de nuestras propias caídas?