Lunes, 29 de febrero

DOCTRINA SOCIAL CATOLICA: Santidad y dignidad del ser humano

“Esta doctrina se basa en un principio básico: los seres humanos individuales son la base, la causa y el fin de todas las instituciones sociales. Eso es necesariamente así, porque los hombres son seres sociales por naturaleza”.

—San Juan XXIII, Mater et Magistra, # 219 (Madre y Maestra, sobre el cristianismo y el progreso social)

Cuándo en su propia vida ¿han visto la dignidad humana olvidada, ignorada o dejada a un lado? ¿Qué tipo de acción o evento o estructura social tiene la capacidad de robarle a una persona aquello que Dios nos ha dado? Tal vez han viajado, trabajado o servido en el extranjero—estado en Tanzania o Níger; tal vez el Líbano, Nicaragua o Camboya. Tal vez han trabajado aquí en los Estados Unidos, en una reserva de nativos americanos, en un barrio de bajos ingresos en una de las grandes ciudades o en un refugio o una clínica.

En lugares como estos, algunos ataques a la dignidad humana son evidentes, mientras que otros vuelan bajo el radar: familias obligadas a vivir en los barrios pobres, adictos considerados demasiado lejos de la esperanza para ser bienvenidos de nuevo en la sociedad, comunidades consideradas inferiores a las más “desarrolladas” comunidades en otras partes del mundo. Pero la dignidad humana no es una mercancía para ser ganada, dada, comprada o vendida. La dignidad es inherente. Es un don para ser contemplado, protegido, defendido—a menudo en formas que pueden sorprendernos.