“Al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz”. —Filipenses 2, 7-8
La Semana Santa, es el momento más significativo del año litúrgico. Durante esta semana, acompañamos a Cristo en su entrada triunfal en Jerusalén y escuchamos el relato su Pasión y Muerte en la cruz para después, junto a las mujeres que lo acompañaban y sus discípulos, celebrar su Resurrección de entre los muertos.
El Jueves Santo, somos testigos de cómo Jesús, acompañado de sus amigos más cercanos en su Última Cena, pronuncia las palabras consagratorias que hoy son pronunciadas en cada Misa, trayéndonos realmente su cuerpo y su sangre para estar presente entre nosotros.
Jesús se revela como el Pan de Vida que nutre nuestras almas y, como nos recuerda el Papa Francisco, “la comunión con [Jesús] nos hace capaces de convertirnos también en pan partido para los demás […]. Cuando compartimos los sufrimientos de nuestros hermanos y compartimos nuestro pan y nuestros recursos con los necesitados, cuando ponemos nuestros talentos a disposición de todos, entonces partimos el pan de nuestra vida como Jesús”.
Sí, es Jesús, el Pan de Vida, quien también nos invita a ir al encuentro de los demás y a compartir nuestro pan diario, el pan para la vida. Tomemos el Pan de Vida, y luego de ser fortalecidos con su gracia, recordemos a los innumerables hombres, mujeres y niños que cargan pesadas cruces: cruces de hambre, desplazamiento, pobreza e inseguridad.
Pidamos a Dios que, así como nos concede la gracia de seguir las huellas de Jesús en su Pasión y Muerte, podamos hacer viva la esperanza de la Resurrección. Dediquémonos, con nuestro tiempo, nuestros esfuerzos, nuestras acciones y nuestras voces, a servir a nuestros hermanos de todo el mundo.
Que la Eucaristía nos dé la fuerza para hacerlo a pesar de nuestras fatigas y preocupaciones diarias, con el objetivo de lograr una vida mejor para todos y compartir un día, como hijos de Dios, la vida eterna con Cristo Resucitado.
Fortalece tu experiencia de fe esta Semana Santa
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- Los siete dolores de María: Contempla el papel que la madre de Jesús, María, desempeñó durante toda su vida con estos Siete dolores de María.
- Vidas de los Santos: Usa estas oraciones e historias sobre estos santos para reflexionar sobre sus vidas y pedir su intercesión.
Mientras nos preparamos para la Pascua, no olvidemos la práctica cuaresmal de dar limosna. Lee por qué es importante.