50 años de Plato de Arroz de CRS

Todo comenzó con el deseo de marcar la diferencia. 

En 1975, los católicos en Allentown, Pensilvania, oraron, ayunaron y dieron limosna para ayudar a las personas que sufrían por la hambruna en la región del Sahel, en África. Esto marcó el comienzo de lo que sería Plato de Arroz de CRS. Desde entonces, generaciones de católicos en los Estados Unidos se unen cada Cuaresma con un mismo objetivo: acabar con el hambre en el mundo. 

Empieza tu jornada con Plato de Arroz de CRS y conoce familias en Nigeria, Guatemala y Bangladesh.

“Transforma nuestros corazones para que seamos movidos a compartir el pan para la vida con nuestra familia mundial”.

—Oración de Plato de Arroz de CRS

Le siguió un compromiso de erradicar al hambre. 

Durante estos 50 años, el compromiso de personas como tú con esta misión ha sido inspirador. Cada año, Plato de Arroz de CRS te presenta historias de esperanza de cómo hermanos nuestros participan en actividades que rompen el ciclo del hambre, promueven la salud e impulsan la capacidad de recuperación. Historias de personas como Hongkham en Laos. 

A Hongkham la conocimos en 2016 cuando era cocinera voluntaria en la escuela de sus hijos, la cual ofrecía almuerzos gratuitos para los estudiantes. Después de que su esposo se enfermara y tuvieran que vender su granja, la familia de Hongkham empezó a recibir alimentos cada mes mediante un programa de Catholic Relief Services. En estos ocho años, Hongkham se convirtió en una mentora en su comunidad. Además, formó un grupo de cocineros que   se aseguran de que los niños siempre tengan una comida caliente. Cuatro de los seis hijos de Hongkham crecieron comiendo las comidas escolares y ahora son más altos que otros jóvenes de su edad. La salud de su esposo mejoró y ahora él trabaja como carpintero junto a dos de sus hijos.

En 2024, Hongkham y su familia recrearon un retrato familiar que fue tomado por CRS en 2016. Benny Manser/CRS

Hoy, nuestro mundo enfrenta una crisis alimentaria nunca vista. Nuestras oraciones y limosnas siguen siendo muy importantes. 

Cuando el COVID-19 se propagó por todo el mundo, el hambre ya iba en aumento. Otros problemas también han contribuido a esta crisis alimentaria, como las guerras, el cambio climático y el aumento del costo de los alimentos. Hoy, millones de personas no tienen los alimentos necesarios para llevar una vida saludable. Esto pone en riesgo a los niños pues necesitan una buena nutrición para crecer. 

En los próximos 40 días, conoceremos a familias en Nigeria, Guatemala y Bangladesh que no tienen suficiente para comer. No importa si esta es tu primera vez participando en Plato de Arroz de CRS o si fuiste de los primeros en hacerlo en Allentown, es importante que todos nos unamos para escuchar sus historias y abordar esta necesidad urgente, porque todas las personas merecen tener suficiente para comer. 

En este santo tiempo litúrgico, renovemos nuestro compromiso con nuestra familia mundial mientras oramos: 

Jesús, Pan de Vida, 

Al encontrarnos contigo en la Eucaristía esta Cuaresma,  

aliméntanos con tu amor, 

únenos en comunión con nuestros hermanos 

mostrándonos cómo estamos conectados. 

Transforma nuestros corazones para que seamos movidos   

a compartir el pan para la vida con nuestra familia mundial 

y trabajar por un mundo en el que todos puedan prosperar. 

Amén 


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